Mi más fiero enemigo. El peor de todos, cruel, despiadado, hipócrita, egoísta desmedido. Hoy te vi. Te vi en el reflejo de sus ojos perdidos, en el susurro de sus suplicas, en el rechinar de las ruedas, el golpeteo de bastones. Oí tu risa chillona mientras entraban en crisis, "¿recuerdas cuando podías correr?¿ recuerdas cuando podías sostener tu propia cabeza?". Descarado. ¿Quien tendría un humor tan ácido como para burlarse de nuestra humanidad?.
Me acechas con una lentitud intencionada. Somos como patos con las alas rotas frente a un cazador. Sin manera de esquivar su mira. Y lo disfrutas. Saboreas cada instante de nuestro esfuerzo por alejarnos, después de todo, es demasiado inútil.
Cada mañana, nuestro espejo nos lo recuerda. Alguna vez, el tiempo fue nuestro aliado, nuestro consuelo, la cura de todos los males de nuestro corazón. Pero las cuentas se cobran con arrugas y deficiencia. Con dependencia. Al final, todos vuelven al principio. Es un tanto ridículo.
Ahora soy tan joven, tan rápido, tan invencible. Siento pena por aquellos que han sido alcanzados por el tiempo, pero ni una gota de lastima por esos que adelantan su llegada. Cigarros, alcohol. ¿Que sentirán cuando pase a un lado de ellos mientras yacen humillados por sus hábitos?.
Disfruto como puedo, y aprovecho todo lo que soy, pero debo admitir que tengo miedo. ¿Seré igual que tus victimas? ¿Llegará el día en que no sea ni la mitad de lo que hoy soy?. Me siento imparable, me niego a aceptar que el hará de mi lo que quiera. Un trapo de quejas y gemidos. ¿Cuál es el secreto?. Vivir el momento, dicen todos, pero el tiempo no vuelve, nacemos desangrando minutos, desangrando segundos, sentenciados a una hemorragia presente hasta que nos agotemos. Me da escalofríos pensarlo tan seriamente.
Voy a ignorarme, ¿Que hará conmigo?, solo el tiempo lo sabe. Solo el.
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